¿Cómo conocer la textura del suelo para un huerto tradicional?

¿Cómo conocer la estructura del suelo para un huerto?

¿Cómo conocer la textura del suelo para un huerto tradicional?

Si te ha picado el gusanillo de empezar a cultivar tus propias hortalizas y quieres tener un huerto en casa porque tienes espacio, antes de nada, tienes que conocer si puedes cultivar en tu suelo. La tierra es un elemento clave para poder cultivar tomates… Recuerda que si lo prefieres también puedes optar por un huerto en estructura 😉 

¿Qué tipos de suelo podemos tener en un huerto?

La tierra o el el suelo donde queremos poner nuestro huerto puede ser de 2 tipos:

  • Suelo arenoso:  está bien aireado y es fácil de trabajar, pero es pobre a la hora de almacenar agua y elementos nutritivos.
  • Suelo arcillosoes rico en elementos nutritivos, pero excesivamente impermeable por lo que cuando se seca, se endurece e impide el crecimiento de las raíces. Es mucho más difícil de trabajar.

¿Cómo conocer que tipo de suelo tenemos para nuestro huerto?

Para conocer la textura del suelo, cogemos un puñado de tierra en la palma de la mano. Añadimos agua y amasamos como si se tratara de una bola. Si la bola se disgrega, el suelo el excesivamente arenoso. Si logramos moldearla y queda rígida, el suelo es arcilloso.

¿Cómo podemos corregir la textura del suelo para nuestro huerto?

Ambos tipos de suelos se corrigen añadiendo estiércol y compost.

Pero si el suelo es excesivamente arcilloso, podemos añadir arena para romper su estructura y descompactar la tierra.

¿Cómo preparamos el suelo para preparar nuestro huerto?

Existen tres técnicas que nos ayudan a preparar nuestro suelo para el cultivo.

  • Laboreo: tiene como objetivo airear y desmenuzar la tierra compactada para favorecer que las plantas puedan desarrollarse de forma adecuada.
  • Acolchado: consiste en proteger la tierra de los rigores del agua, extendiendo una capa de entre 5-10 cm de espesor de origen orgánico. Podemos utilizar diferentes coberturas, como paja.
  • Fertilización: añadir estiércol y humus de lombriz, es decir, alimento para nuestras plantas.
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